La CMA dio toda una sorpresa al decidir bloquear la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft. Sus conclusiones previas parecían positivas, tanto que muchos rumores ya vendieron la piel del oso antes de cazarlo, algo que al final hizo que muchos, yo incluido, nos lleváramos una sorpresa grande cuando decidió no aprobar la operación.
Los argumentos de la CMA se centraron sobre todo en el riesgo que la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft podría suponer para el juego en la nube, un mercado que todavía está bastante limitado y que no tiene la importancia, ni el peso, que tienen las consolas y el gaming en PC.
Según la Comisión Europea considera que Microsoft ha resuelto de forma satisfactoria todas las dudas que planteaba la compra de Activision Blizzard, e incluso ha llegado a decir que esta operación podría ser muy positiva para el mercado del juego en la nube, llegando a conclusiones que son muy distintas a las que alcanzó la CMA, cosa que de nuevo trae polémica por los problemas que los reguladores de la competencia tienen para regular un mercado que no terminan de entender.
Esta operación de compra, y las concesiones de Microsoft, podrían abrir nuevos beneficios y ventajas para la competencia y para los consumidores, porque llevaría los juegos de Activision a plataformas nuevas, incluyendo a pequeños jugadores dentro del sector y a más dispositivos que nunca, sin que esto represente ningún tipo de riesgo para la libre competencia.
En Estados Unidos la FTC también está en contra de la operación de compra, así que ahora mismo Microsoft solo tiene dos obstáculos para conseguir su objetivo, este "enemigo" con el que juega en casa y la CMA, que podría ser el hueso más duro de roer.
