Intel ha reconocido que los procesadores Raptor Lake de 65 vatios también se ven afectados por el fallo de voltaje excesivo, y que este puede producir daños irreversibles que conducen a problemas de estabilidad. Los procesadores para portátiles también estaban dando problemas de estabilidad, aunque estos estaban menos extendidos.
Parece que los procesadores más afectados son los más potentes, tanto por cantidad de núcleos como por frecuencias y por consumo. Intel ha dicho que la actualización de microcódigo que lanzarán en agosto resolverá el problema del voltaje excesivo, pero que los procesadores que ya se hayan visto dañados no tienen solución, porque ese daño seguirá presente y no dejarán de dar problemas.
Para minimizar los problemas de estabilidad, y para evitar daños en procesadores que funcionan correctamente, recomiendan utilizar el perfil de rendimiento por defecto de Intel a nivel de BIOS, y dice que los que tengan problemas deberán tramitar la garantía para pedir un cambio de procesador. Ahora Intel está mucho más receptivo con este tema, y ha dicho que aquellos usuarios que no fueron debidamente atendidos en el pasado sobre este tema deben volver a contactar con el soporte.
Ni la actualización ni el cambio de perfil van a resolver los problemas de un procesador que ya se haya visto dañado, así que no caigáis en el error de esperar y solicitad un cambio de procesador en cuanto tengáis la oportunidad. Lo que sí será fundamental para evitar daños es la próxima actualización de microcódigo que lanzará Intel en agosto. Intel no piensa hacer una llamada a devolución de todos los procesadores vendidos porque sería muy caro, y tampoco piensa retirar Raptor Lake del mercado porque espera que no vuelvan a dar problemas con la próxima actualización de microcódigo.
