Google ha publicado los últimos resultados de cuota de mercado de las diferentes versiones de su sistema operativo Android y Oreo, la más reciente, apenas alcanza el 0,5%, un dato negativo ya que la actualización fue lanzada oficialmente en agosto de este año.
Esto evidencia un problema que todavía no ha sido subsanado y que podría no llegar a ser resuelto nunca, la lentitud con la que los vendedores desarrollan y liberan las actualizaciones a cada nueva versión de Android en sus principales terminales.
No es un problema exclusivo de ningún fabricante en concreto sino que afecta en general a todos, aunque hay algunos que hacen mejor trabajo que otros. Un claro ejemplo es HMD Global, que a pesar de haber debutado este año recuperando la marca Nokia ha sido de las primeras en liberar Android O para el Nokia 8.

La alta cuota de mercado que tienen las versiones más antiguas (Android L llegó en 2014 y es el segundo más utilizado) confirma también el problema de la fragmentación, que se mantiene por el escaso soporte que reciben los terminales de gama media y gama baja y por la limitación a dos años en los modelos de gama alta.