Los procesadores Core i7 7700K han vuelto a ser objeto de polémica recientemente tras los numerosos problemas de temperatura que varios usuarios han experimentado. Este tema ya lo vimos en este artículo, y la respuesta oficial que ha dado Intel ha sido que es algo normal, pero también ha añadido algo que la verdad resulta difícil de entender.
Estas han sido las palabras textuales de Intel:
"No recomendamos que utilice fuera de las especificaciones del procesador, esto incluye no exceder las especificaciones de frecuencia o de voltaje del procesador, y también no cambiar el difusor de calor integrado (conocido como de-lidding). Estas acciones anularán la garantía del procesador. "
Habría que preguntarse qué sentido tiene entonces comprar un procesador Core i7 7700 serie K si lo recomendable es no hacerle overclock, sobre todo teniendo en cuenta que al adquirir esa CPU estamos pagando un plus por ser serie K y tener el multiplicador desbloqueado.
El descontento que ha generado esta respuesta ha sido muy grande y ante la falta de acción por parte de Intel algunos usuarios han optado por cambiar el material térmico del IHS, una medida que resulta muy peligrosa ya que puede dañar el procesador totalmente y dejarlo inutilizado, pero que también consigue reducir las temperaturas de trabajo en hasta 25 grados.
Esto ocurre porque según la mayoría de análisis que han realizado medios especializados ese material térmico que ha utilizado Intel en los Core i7 7700K es de baja calidad, y por tanto las temperaturas que alcanza el chip acaban siendo muy altas.
No es la primera vez que se produce este problema, de hecho los Core serie 3000 mostraban temperaturas muy elevadas a pesar del salto a los 22 nm que marcaban frente a los Core serie 2000, y fue precisamente por el mismo tema, la baja calidad del compuesto térmico del IHS.
