Sega cosechó un gran éxito con la Mega Drive mini, un sistema que se ha revalorizado con el paso del tiempo, y que se convirtió en el gran representante de cómo debía ser un sistema de este tipo. Su fidelidad en el diseño, la calidad de la consola y de los mandos, y la buena selección de juegos fueron los responsables de ese gran éxito, aunque también influyó su ajustado precio en el lanzamiento, que no se vio muy afectado al principio por la especulación y la reventa.
Como consecuencia del éxito Sega lanzó la Mega Drive 2, que no tuvo tanto éxito y cometió algunos errores, como la no inclusión de un segundo mando de control, algo que hizo que a Sega le cayeran bastantes críticas. Tras ese lanzamiento Sega no dijo nada sobre si pensaba recuperar alguna de sus consolas retro en versión mini, pero aparecieron algunos rumores de que la compañía lo estaba considerando, y de que incluso estaba preguntando a algunos usuarios cuál debería ser su próxima consola mini.
Shuji Utsumi, CEO de Sega en América y Europa, ha roto todas las esperanzas de los que esperaban que la compañía lanzase una versión mini de Saturn o de Dreamcast diciendo que no va a seguir por el camino de las minis porque quiere abrazar a los gamers modernos, y porque no son una compañía retro. Dice que aprecia el legado de Sega, que lo valoran, pero que al mismo tiempo quieren ofrecer algo nuevo.
Hay espacio de sobra en el mercado para ofrecer cosas nuevas y pequeños "caramelos retro" para los amantes de este tipo de productos, que Sega no quiera aprovecharlo es otra cosa. Lanzar una Dreamcast retro no debería ser tan complicado, sobre todo con lo avanzada que está la emulación de esta consola, aunque su precio podría ser algo por el espacio necesario para almacenar bastantes juegos, y por la mayor potencia necesaria para moverlos.
