Los juegos que se adaptan de PS5 a PC suelen listar unos requisitos que favorecen a las tarjetas gráficas de AMD, y esto suele indicar que van a rendir mejor con dichas tarjetas gráficas. Esto también ocurrió en varias ocasiones con los juegos portados de PS4 a PC, que en muchos casos tendían a rendir mejor con las soluciones gráficas Radeon de la generación vigente, siempre comparando con sus equivalentes de NVIDIA.
Había excepciones, y por tanto no era posible establecerlo como una regla general, pero tampoco podríamos negarlo. Hay muchos ejemplos recientes, como Ratchet and Clank: Una Dimensión Aparte, donde una Radeon RX 6700 XT supera a la GeForce RTX 3070 Ti y se acerca al rendimiento de una GeForce RTX 2080 Ti, y Horizon Forbidden West, donde la diferencia entre la Radeon RX 7900 XTX y la GeForce RTX 4090 en 4K es de solo 12 FPS a favor de esta última.
En juegos adaptados de PS4 también es posible ver ese patrón, aunque de una manera menos marcada. No es casualidad que esto ocurra, y tampoco se trata de un complot. Los juegos de consolas se desarrollan para correr en CPUs Ryzen y GPUs Radeon de AMD, así que están optimizados para esos componentes, y cuando se portan a PC lo normal es que esas optimizaciones se mantengan. Lo que no sería lógico es que un juego portado de consola a PC funcionase mal en componentes de AMD.
Esta situación podría cambiar si NVIDIA lograse en algún momento hacerse un hueco en las consolas de la generación actual. Ahora mismo solo tiene presencia en Nintendo Switch, y lo más seguro es que repita en Nintendo Switch 2, pero un contrato con Microsoft para potenciar la Xbox de próxima generación podría cambiar las cosas por completo, y daría algo de vidilla al mundo de las consolas, que últimamente está un poco estancado.
