La arquitectura RISC-V lleva tiempo demostrando su potencial, y poco a poco ha ido recortando terreno a las soluciones basadas en la arquitectura x86. La startup Ventana Microsystems ha sido una de las que más ha contribuido en ese sentido, y su Veyron V1 se ha convertido en una solución de última generación y de alto rendimiento que ha superado todas las expectativas.
El Veyron V1 es un procesador para centros de datos basado en la arquitectura RISC-V que tiene 16 núcleos por bloque, y que se puede configurar en bloques interconectados para alcanzar hasta 192 núcleos funcionando a una frecuencia de 3,6 GHz. Están fabricados bajo el nodo de 5 nm, tienen 48 MB de caché L3 y cuentan con tecnologías avanzadas, incluyendo mitigaciones contra ataques de canal lateral.
Los 48 MB de caché L3 están presentes en cada chip Veyron V1, así que una configuración de 192 núcleos tendría una cantidad mucho mayor, 576 MB según mis cuentas. Este procesador soporta la ejecución fuera de orden y cuenta con tecnologías avanzadas para IA. Está concebido como un SoC, así que integra todos los elementos necesarios para su funcionamiento, incluyendo las controladoras de memoria y el subsistema I/O.
Su alta escalabilidad es otra de sus ventajas más importantes, y es que poder escalar en configuraciones de entre 16 y 192 núcleos le confiere una enorme versatilidad, y lo convierte en una solución que puede adaptarse a las necesidades de diferentes empresas y profesionales.
La arquitectura x86 sigue dominando en el sector profesional, pero el surgimiento de nuevas alternativas, como este Veyron V1, demuestra que su hegemonía podría no durar para siempre.
