Intel ha anunciado los nuevos procesadores Ice Lake fabricados en proceso de 10 nm que llegan bajo la nomenclatura Core de décima generación, aunque de momento se limitan a configuraciones de cuatro y ocho núcleos y a frecuencias relativamente bajas, lo que los convierte en modelos de bajo consumo para ultraportátiles y equipos compactos.

El gigante del chip prometió una mejora de rendimiento de hasta un 18% a nivel de IPC frente a Skylake, algo que hay que poner en perspectiva, ya que significa que si comparamos con la arquitectura Whiskey Lake el aumento de IPC es mucho menor. En Anandtech pudieron probar de forma limitada uno de estos nuevos procesadores y concluyeron que la mejora a nivel CPU es bastante pequeña, y que lo más destacable es el salto a nivel GPU y la introducción del soporte de instrucciones AVX512.
Los procesadores Core de décima generación utilizan el avanzado proceso de fabricación en 10 nm, cuentan con hasta cuatro núcleos y ocho hilos, disponen de un sistema basado en inteligencia artificial que ajusta las frecuencias de forma dinámica para maximizar la autonomía sin sacrificar rendimiento y cuentan con una nueva GPU Intel HD Gen 11, que suma hasta 64 unidades de ejecución en sus versiones más potentes.
En esta ocasión Intel no ha diferenciado los procesadores serie U de los serie Y por el número de núcleos e hilos. Ambos tienen configuraciones de dos núcleos y cuatro hilos en los Core i3 y de cuatro núcleos y ocho hilos en los Core i5 y Core i7. Se diferencian únicamente por la velocidad de reloj.
El lanzamiento de los primeros equipos basados en estos nuevos procesadores debería producirse antes de terminar este año, aunque los procesadores de alto rendimiento para escritorio basados en Ice Lake no llegarán hasta finales de 2020 o principios de 2021.