Benchmark ha publicado una interesante comparativa en vídeo en la que analizan el rendimiento que ofrece un PC gaming de gama alta de 2012 y uno de gama alta de 2019.
El PC de 2012 ofrece una potencia muy superior a la de las consolas de la generación actual, PS4 y Xbox One, gracias a su configuración que incluye un Core i7 2600K con cuatro núcleos y ocho hilos a 4,2 GHz, 16 GB de DDR3 a 1.600 MHz y cuenta con una GTX 680 con 2 GB de GDDR5.
Por su parte el PC de 2019 utiliza un Core i7 9700K de ocho núcleos y ocho hilos a 4,7 GHz, 16 GB de DDR4 a 3.200 MHz y una GeForce RTX 2080 con 8 GB de GDDR6. Las diferencias entre ambos equipos son muy marcadas, y obviamente se dejan notar en el rendimiento en juegos.
Los resultados pueden variar mucho en función de cada juego en concreto, pero en algunos casos el PC de 2019 llega a superar en más del triple el rendimiento del PC de 2012. Aunque las diferencias son muy grandes el PC de 2012 es capaz todavía de ofrecer una buena experiencia en la mayoría de los casos bajo resoluciones 1080p con calidades medias-altas, y con un simple cambio de tarjeta gráfica a un modelo de gama media actual podríamos darle una segunda vida sin problema.