Una de las novedades que nos ha sorprendido, nada más ver el procesador Threadripper 1950X, es su encapsulado. Hablamos de una pastilla rectangular, grande y pesada, como hacía años que no veíamos nada parecido. Esto implica incluso un nuevo sistema de anclaje en el socket TR4 del que merece la pena hablar. Es imprescindible no retirar el arnés de plástico que viene con el propio procesador, una pieza de color naranja que podría parecer prescindible, pero que es necesaria para su correcta instalación. Es necesario aflojar 3 tornillos que hay en el propio socket, con lo que éste se libera. Retiramos la tapa de protección y colocamos el procesador encajado en la segunda tapa (donde retiramos la de protección) hasta que haga click. Luego encajamos las dos tapas y cerramos otra vez con los tornillos.

En esto AMD tiene que hacer más hincapié, pues se trata de un sistema totalmente nuevo, y confesamos que algo complejo, al menos si lo comparamos con cualquier instalación de socket habitual, donde es encajar y punto. En cualquier caso, una vez instalado nuestro Threadripper, ya estamos a punto para disfrutar de toda su potencia, y la mejor manera de hacerlo es en la placa donde lo probaremos, la X399 Aorus Gaming 7.
Este nuevo portento de Aorus dispone de un potencial enorme, y de muchas características útiles a las cuales sacar provecho. Con un diseño que recuerda a las de otras Gaming de la marca, dispone de disipadores pasivos y heatpipes en la superficie, con coberturas sobre los puertos M.2 existentes, un amplio disipador sobre el chipset X399, conexiones de todo tipo y muchas capacidades de expansión. No olvidemos que es una placa para Threadripper, así que la expansión es precisamente es uno de sus puntos fuertes.

Disponemos de 8 slots de memoria DDR4 a lado y lado del socket, como lo veríamos en una placa X299, con capacidad para hasta 128 GB y velocidades de 2.666 MHz (por overclock podemos alcanzar más). En principio son compatibles con perfiles XMP, y con memorias ECC y no ECC. El almacenamiento lo lleva el chipset X399 con 8 SATA 6 Gbps, y nada menos que 3 M.2 con soporte PCIe y SATA, aprovechando el potencial de esas 64 pistas PCIe. Solo uno de esos M.2 no es tan largo como los otros dos (22110).
Sí, la expansión es una ventaja de X399, y en concreto esta X399 Aorus Gaming 7 dispone de 5 puertos PCI Express, con lo que el soporte multi GPU está más que aceptado. La placa es capaz de montar 4 tarjetas gráficas en paralelo, y el quinto puerto es un PCIe x16 pero que en realidad va a x4. Dos de los PCIe van a x16 reales, y los otros dos a x8, así que las tarjetas que instalemos podrán desplegar toda su potencia sin problema alguno. El resto de chips de interés son: audio Realtek ALC1220, módulo Wi-Fi Intel Dual Band + Bluetooth, LAN Killer E2500, y soporte para hasta 8 USB (luego lo desgranamos).

Queda claro el aspecto sobrio de la X399 Aorus Gaming 7, con un diseño discreto pero totalmente robusto que se nota con solo sopesarla, los colores oscuros elegidos, y un PCB fuerte y resistente capaz de soportar todo lo que lleva encima. Será nuestra compañera ideal para Threadripper, sin duda.
Página oficial del producto: X399 Aorus Gaming 7.