Con todo lo que pueda tener de diseño y estética el T3, su tecnología no ha sido descuidada en absoluto. Como viene siendo habitual en bastantes terminales enfocados a audiencias con presupuestos entre los 120€y los 250€ aproximadamente, Doogee ha apostado por un procesador Mediatek MTK6753 octacore con aceleradora gráfica Mali T720, acompañado de 3 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento interno. Una configuración solvente y efectiva capaz de mover sin problemas a Android 6 y todo tipo de aplicaciones de la Play Store. Además, exhibe un conector USB-C, subiéndose al carro de esta tendencia muy de agradecer a la vista de lo bien hecho que está este nuevo tipo de conexión. No te preocupes por los cables, porque Doogee entrega un adaptador de USB-C a micro USB con el terminal además del correspondiente cable USB-C nativo, por supuesto. Admite tarjetas de memoria microSD para aumentar la capacidad de almacenamiento, que no podremos usar si usamos una configuración dual SIM, al compartir su slot con la funcionalidad de SIM doble.

Detalle de la cámara frontal. La pantalla auxiliar está ubicada en el borde superior.
La batería es extraíble aprovechando que el acceso a las ranuras de memoria y la SIM se realiza de un modo clásico a través de una tapa deslizante. Con una capacidad de 3.200 mAh, es una capacidad notable que aprovecha el hecho de tener más espacio interno disponible. Con todo, en la prueba de autonomía con PC Mark, se quedó en apenas 4 horas y media de funcionamiento con batería. El tiempo de carga es de unas tres horas según comprobamos con Battery Spy. En el tema de la batería hay que tener en cuenta que estamos ante un dispositivo que integra elementos como la pantalla auxiliar que pueden no estar perfectamente integrados en la gestión de energía. En cualquier caso, para un uso convencional podemos tener un día de autonomía sin hacer demasiados esfuerzos para ello.

El conector USB-C es un acierto. al lado, el jack de audio y el micrófono.
La parte de las cámaras está resuelta de un modo óptimo pero sin florituras. La apertura de la cámara trasera es F2.2, con un sensor de 13 Mpx con autofoco por detección de fase (PDAF). Es una cámara rápida, eso sí. Enfoca y mide la luz con suma rapidez, de modo que podemos hacer fotos con agilidad. Ayuda el hecho de poder configurar uno de los botones como lanzador de la cámara incluso con el móvil en reposo y tener la opción de activar la captura mediante gestos o voz. La cámara frontal es de 5 Mpx con 8 Mpx a partir de procesamiento digital de la imagen. Además, dispone de una app de fotografía con diferentes modos de uso, incluyendo un efectivo HDR, así como panorama o detección automática de la escena. Hay opciones que no están bien ubicadas en los menús, como la selección de ISO o la compensación de exposición, pero son detalles que no todo el mundo aprecia.
Las fotos tienen una buena apariencia en pantalla, aunque no resisten bien una ampliación con un programa de edición. Las imágenes están muy tratadas digitalmente para eliminar ruido y otros artefactos, por lo que se pierde detalle. De todos modos, para un uso en pantalla, el resultados es correcto y con efectos llamativos como el HDR, que en este caso es de los que notan.
De todos modos, aunque contemos con funcionalidades como las panorámicas, las imágenes resultantes apenas tienen resolución suficiente como para trabajar con ellas más allá de verlas en pantalla.

El acabado metálico del lateral aporta una dimensión de robustez gracias a los tornillos
