Los discos duros mecánicos son la gran mayoría de los que se venden para los equipos a día de hoy, aunque entre el sector entusiasta éstos han sido relegados a funciones de almacenamiento de datos, pero no para el S.O. y las aplicaciones cotidianas, que van a cargo de los SSD, unidades de almacenamiento sólido mucho más caras, de menor capacidad, pero también muchísimo más rápidas para este uso.
Sin embargo y mientras no vemos reducir aún más los costes de los SSDs, vemos que los fabricantes siguen intentando ofrecer unidades híbridas (SSHD) o soluciones intermedias como la que vemos en Gizmología: de parte de Western Digital llega el WD Black un disco duro con parte mecánica y parte sólida, lo que nos induce a pensar e un nuevo SSHD, sin embargo WD nos dice que su aproximación es bastante distinta.

Por lo visto los SSHD almacenan los datos en la parte mecánica o en la parte sólida según las decisiones del S.O. o de la controladora del disco, en cambio con el WD Black será el usuario quien pueda tomar este tipo de decisiones. Así pues, no deja de ser algo similar a comprar un SSD y un HDD por separado pero con la ventaja de una sola unidad física, ideal para equipos con poca capacidad de almacenamiento, como podrían ser portátiles y AIOs, etc...
Está claro que se trata de un tipo de unidad destinada a un público con ciertos conocimientos de informática para saber tomar adecuadamente las decisiones y por lo tanto no es un producto para uso masivo. No nos explican cómo se gestionan ambas unidades.
La capacidad del WD Black es de 120 GB de SSD + 1 TB de HDD a un precio de 300 €.