Tras hablar de los nuevos Intel Coffee Lake y mostrar además varias placas compatibles con los mismos, parece que poco nos quedaba por decir de ellos... Pero no es así. Hoy queremos hacer un breve repaso de los 3 procesadores que hemos recibido para las pruebas, y de paso enfrentarlos entre sí en igualdad de condiciones. En otros artículos los hemos visto peleándose con soluciones Ryzen o en solitario, pero en esta ocasión queríamos comprobar el rendimiento de estos Coffee Lake entre sí, y ver la evolución entre modelos.

Por un lado tenemos el Core i7 8700K, sustituto del 7700K, el Kaby Lake más potente de la gama anterior (para chipset Z270). Intel lo define como el procesador más potente para juegos compatible con el chipset Z370, y sus especificaciones así lo atestiguan: 6/12 núcleos, 3,7 GHz de frecuencia base (4,7 GHz con Turbo Boost), 12 MB de caché, y un TDP de 95 W. Incorpora la IGP Intel UHD Graphics 630, la cual se mantiene con pocas variaciones respecto a las que veíamos en los Kaby Lake, a excepción de algo más de frecuencia: 350 Mhz de frecuencia, hasta 64 GB de memoria y 24 unidades de ejecución, además de ayudar en reproducción y codificación por hardware, y ser compatible con 4K.

El primer Intel Core i5 Coffee Lake que llega a nosotros es el 8600K. Sí, con la K de multiplicador desbloqueado, como el anterior. También es un procesador altamente potente, y no hay que despreciar para nada sus especificaciones, porque puede convertirse en un buen valuarte de precio/rendimiento: 6/6 núcleos, frecuencia base de 3,6 GHz (turbo a 4,3 GHz), 9 MB de caché y un TDP de 95 (igual al 8700K). Las características de la IGP integrada son exactamente las mismas, quizá menos velocidad en la frecuencia dinámica, pero mismos servicios y propiedades, así que todo queda en casa.

Por último, tenemos el Core i5 menos potente: el 8400 (no K). Se trata de otro 6/6 núcleos, en esta ocasión a 2,8 GHz de frecuencia base para asegurar esos 65 W de TDP y mantener un buen consumo. Eso sí, asciende a nada menos que los 4 GHz en turbo, lo que puede ser un buen revulsivo para los que busquen una CPU asequible y que consuma poco sin renunciar a la potencia. Dispone de 9 MB de caché, y mismas características de la IGP que el 8600K.