Las pruebas lo dejan bastante claro: el M.2 NVMe de Corsair posee un rendimiento sin precedentes. Es algo lógico ya que hablamos del protocolo NVMe que, como antes hemos dicho, utiliza PCIe para obtener un ancho de banda que asegure un rendimiento superior, tanto a nivel de escritura como de lectura, y sostenidos en el tiempo. Esto se prueba con tasas de lectura de nada menos que 2,7 GB/s en Sandra, y escritura de 1,2 GB/s. Hablar en GB y no en MB ya es signo de que sobrepasamos el rendimiento de la interfaz SATA, a la que está limitada la unidad Crucial (que por muy M.2 que sea, en este caso es un SATA convencional, es decir, un SSD SATA pero con una forma y conector distintos). Por lo tanto, tendríamos el rendimiento de un SSD por PCI-Express pero mediante M.2, y ahí está la gracia del asunto.


La caja del MP500 de Corsair
Si bien es el primer M.2 NVMe de Corsair que analizamos, no es el primero en este formato y con este protocolo que cae en nuestras manos, como seguramente recordaréis. Esta vez hemos podido pincharlo directamente sobre un M.2 y al mismo tiempo que el de referencia, lo que nos ha dado mucha libertad, y hemos obtenido un rendimiento superior incluso a la unidad que analizamos en su día con este mismo protocolo, lo que sin duda alguna da una muestra del potencial de M.2 y NVMe en este aspecto.
Eso sí, hemos de estar dispuestos a pagar un precio mayor que el de los SSD convencionales, aunque si realmente requerimos del rendimiento, merece la pena hacer la inversión. Quizá más adelante, cuando el formato M.2 se estandarice aún más, podremos contar con otra opción más de almacenamiento, mucho más estable, duradera y segura, pero de momento no deja de ser una opción que se escapa algo de nuestras manos, aunque ciertamente están cada vez más asequibles...
El Corsair MP500 es un disco M.2 con NVMe que bate cualquier récord de rendimiento, y que en nuestro equipo quedará estupendamente, al ser capaz de ofrecernos unos resultados sin igual. Por esto, merece el Premio N3D Rendimiento.

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