Durante las última semanas la desarrolladora Activision Blizzard se ha visto salpicada de forma muy grave por un escándalo del que no se está librando nadie, la compañía ha sido demandada por acoso sexual y discriminación laboral hacia sus empleadas.
Durante el mes de julio las acusaciones pasaron de meras denuncias en los foros de Ubisost hasta la mencionada demanda. Como en muchos otros casos similares, parece que el asunto no se trató de la forma más adecuada o por lo menos es lo que se ha dado a entender en los medios durante las ultimas semanas al ver que la compañía tardaba en reaccionar, algo que llegó al gran público e incluso vimos que sus consumidores se posicionaban en contra de la situación llegando a crear una huelga virtual en World of Warcraft el pasado 22 de julio con muchos jugadores conectados pero sin jugar, realizando una sentada.

La compañía finalmente habría visto el malestar y la mala imagen pública generada y además de realizar varios comunicados también hemos visto anuncios de retrasos sobre el lanzamiento de sus títulos como es el caso de Diablo Immortal, teóricamente es para realizar mejoras en el juego pero muchos medios lo leyeron como una medida para evitar un lanzamiento de un gran título en un momento de creciente descontento por parte de sus postenciales consumidores, parece que Diablo Resurrected sí sigue con su fecha prevista, pero está claro que este título ha tenido una inversión ínfima respecto a lo que habrá costado desarrollar la cuarta entrega de la saga.
Finalmente Activision Blizzard ha pasado a la acción, anunciando el despido del director de Diablo IV, Luis Barriga (que también trabajó con WoW, Diablo III y Overwatch), su diseñador en jefe Jesse McCree y el diseñador senior de World of Warcraft, Jonathan LeCraft.

A todos ellos se les debe sumar a Alex Afrasiabi que ya fue despedido hace un año sin hacer mucho ruido por causas similares, casi todos ellos tienen en común salir en una fotografía de la Blizzcon 2013 y bautizada como "Cosby Suite" por aparecer ellos fotografiados con una imagen de Bill Cosby, un conocido actor acusado y condenado en 2018 a prisión por drogar a una exjugadora de baloncesto y abusar de ella en 2004. El juicio fue declarado nulo este año, pero el actor suma más de 60 presuntas víctimas declaradas de abuso que no pudieron llevarlo a juicio por haber prescito el delito.