Ninguna sorpresa en el exterior, así que tampoco las esperamos en el interior. Y así es, con una ordenación del espacio interno de la R3 Arctic White idéntica a su homólogo en negro. Contamos con un amplio módulo para la instalación de hasta 8 unidades de disco, todas ellas mediante bandejas con zonas antivibración (obviamente, también son compatibles con dispositivos de 2,5", así que los SSD son bien recibidos).
La base de la caja, que permite la instalación de placas ATX de gran formato (y hasta mini-ITX), dispone de orificios para poder pasar los cables y que estos queden mejor organizados. Tantos estos orificios de goma como el marco que permite la manipulación del backplate de la placa son de color negro.

Interior
No hay mucho más que decir aquí, excepto que tenemos en el interior las conexiones que dan vida al panel frontal, y para el USB 3.0 gozamos de un conector interno para la placa base, como es tradición. Además, algunas zonas, como la parte superior o bien el interior de las tapas laterales, incorporan material que absorbe los ruidos, muy útil para insonorizar el conjunto.
Por cierto, en una de esas tapas podemos instalar un ventilador adicional de 12 centímetros. Como veréis, opciones tenemos, y muchas.






Detalles del interior y parte superior
Respecto al espacio que alberga esta caja, no tenemos novedades, ya que se instalan sin problemas placas ATX amplias, los discos duros en sus respectivas bandejas, fuentes de alimentación con tacos para que reposen sin que toquen directamente el material de la caja... y tarjetas gráficas de gran formato.
Eso sí, las de doble núcleo como la HD 5970 se siguen resistiendo (el módulo para discos no se puede quitar, de ahí el problema), con lo que contamos con espacio para tarjetas mononúcleo del estilo HD 5870 y compañía. El fabricante ya anuncia que hay espacio para VGAs de hasta 290 mm de largo.





Montando algunos componentes