Por sí solo es posible que el Tartarus v2 no sea 100% útil, así que recomendamos usarlo con un teclado Razer para sacarle todo el potencial. Por supuesto, un teclado Razer puede suplir nuestras carencias, pero dependiendo de a qué juguemos es posible que necesitemos un grupo de teclas juntas: encantamientos, movimientos programados, movimientos de repetición... Si creamos muchas macros, y estamos con un título que requiere de movimientos coordinados que se pueden usar con una tecla, entonces el Tartarus tendrá sentido.

Disponemos de 19 teclas en la parte superior además del scroll, y en la zona derecha, aparte del pad direccional, tenemos el vigésimo botón, más grande que los demás, que quedaría a la altura del pulgar (en diestro) y que puede ser asignado como botón de disparo, por ejemplo, o para una función que requiera de una acción rápida, al estar más cerca que ningún otro.

Lo cierto es que en cuanto a manejo, el Tartarus v2 es inmejorable. Por supuesto que no es un periférico para todo el mundo (si no juegas a títulos on-line que requieran de muchas teclas, la verdad es que algo así se queda sin uso...). Se agradece el tacto de las teclas, rápido y suave como el de la membrana, pero con la sensación (click, click) de los mecánicos. Y por supuesto, con el software Razer Synapse será posible personalizar algunas funciones, entre ellas el color de la iluminación RGB...
La ergonomía corre a cargo, sin duda, del reposamuñecas, suave y acolchado como otros de Razer que hemos visto anteriormente, y que nos garantiza horas y horas de diversión. Según su posición, como el del scroll, parece que el Tartarus ha sido diseñado para usarse con la mano izquierda. Y es algo normal, dado que con la derecha utilizaríamos el ratón o el teclado, y éste quedaría como complemento adicional. Pero claro, esto ya es cuestión de gustos...
