Unir un Core i5-11400F y una placa base B560 puede ser todo un acierto, como vimos recientemente en este análisis. Su valor en relación coste-rendimiento es muy bueno, sobre todo ahora que ya no está presente la limitación que impedía overclockear la memoria RAM en estas placas base.
Sin embargo, TechSpot ha podido confirmar que no todas las placas base B560 son capaces de ofrecer el mismo rendimiento, y que en algunos casos la penalización de rendimiento que provocan puede ser de hasta un 30%. Este tema ha sido analizado y explicado en profundidad por el canal de Youtube de TechSpot, el conocido Hardware Unboxed, en un vídeo bastante extenso pero lleno de información muy útil.

El vídeo confirma que, por ejemplo, una placa base Asrock B560 Pro4 con un Core i5-11400F logra un rendimiento medio en Cinebench R23 de 8.227 puntos (ciclo de 30 minutos), mientras que ese mismo procesador registra, con una MSI B560 Tomahawk una puntuación de 10.172 puntos.
La diferencia de rendimiento es muy grande, y se extiende a entornos de pruebas reales, juegos incluidos. Por ejemplo, en Shadow of the Tomb Raider, el Core i5-11400F logra medias de 128 FPS y mínimos de 108 FPS con la Asrock B560 Pro4, mientras que con la MSI B560 Tomahawk llega a los 136 FPS de media y 114 FPS de mínimo.
Con procesadores más exigentes, como el Core i7-11700, la diferencia es todavía mayor, y esto parece estar motivado por las mayores velocidades de trabajo que logra mantener la MSI B560 Tomahawk. Cuando se suprimen los límites de alimentación, las diferencias se reducen mucho, pero siguen existiendo y confirman que no todas las placas base B560 son iguales.
La fuente explica que esas discrepancias se deben a aspectos como los límites de alimentación activos, el voltaje y la calidad del VRM de cada una de las placas que han probado. La MSI B560 Tomahawk es la que mejor parada sale en estas pruebas, seguida de la Gigabyte B560M Aorus Pro.