Windows 10 S ha sido un movimiento bastante extraño por parte de Microsoft. Es un sistema operativo que se inspira en el concepto de entorno cerrado ("sandbox"), donde sólo se pueden instalar aplicaciones a través de una única fuente de confianza (la Windows Store), pero al mismo tiempo ofrece la posibilidad de superar esa barrera mediante una actualización a Windows 10 Pro.

A su vez es un sistema operativo muy limitado por cuestiones de soporte, ya que sólo funciona adecuadamente en equipos y dispositivos muy concretos para los que incluye una serie de drivers específicos. Esto es fundamental, ya que al no permitir la instalación de nada ajeno a la Windows Store no ofrece acceso a los canales habituales de distribución de drivers.
Windows 10 S viene preinstalado como sistema operativo en el Surface Laptop, un portátil diseñado por la propia Microsoft que se comercializa a un precio bastante alto, aunque ofrece la posibilidad de actualizar por tiempo limitado a Windows 10 Pro sin ningún tipo de coste.
Con esa promoción Microsoft ha querido dar la oportunidad de probar Windows 10 S y que los compradores puedan actualizar sin coste a una versión "completa" y sin limitaciones de su último sistema operativo. La promoción iba a estar activa hasta terminar diciembre de 2017, pero la compañía ha decidido extenderla hasta el 31 de marzo de 2018 sin dar una explicación oficial.