Fabricante: Intel
Modelo: Procesadores Intel Core
Arquitecturas: Varias generaciones
Potencia: Desde 7W a lo que permita la disipación
Intel usa como parámetros para caracterizar el rendimiento de sus procesadores la frecuencia de reloj base, la frecuencia de reloj turbo o el TDP y los límites de potencia PL1 y PL2. El TDP, que antes era un poco la medida de referencia para identificar el potencial de rendimiento de una CPU, ahora se ha quedado en un valor “menor” que sirve para identificar problemas en la refrigeración de un equipo, entre otros usos.
De todos modos, los valores de estos parámetros y límites de potencia Power Limit 1 y Power Limit 2, tienen más utilidad de la que puede parecer, especialmente en equipos portátiles. Si bien hay límites de temperatura por encima de los cuales, los procesadores entran “en corte” y limitan el rendimiento y los Vatios para que la temperatura se mantenga por debajo de valores que podrían dañar la integridad de los chips, generalmente, en los portátiles, entran en juego los límites de potencia PL1 y PL2 antes que el corte por temperatura. Es decir, se definen valores PL1 y PL2 conservadores, de modo que la temperatura esté por debajo de la del punto de corte.
Esta circunstancia deja margen para que “tuneemos” los valores de PL1 y PL2 para que el único parámetro que defina el rendimiento sea la temperatura máxima que se permiten antes de que el procesador entre “en corte”.

Foto: los límites de potencia PL1 y PL2 vienen con valores diferentes, pero si hacemos que PL1, la potencia base, iguale a la potencia turbo PL2, o hacemos que ambos valores sean exageradamente altos, el procesador tratará de funcionar siempre al máximo posible de Vatios. El único límite será la temperatura alcanzada por el chip, lo cual deja el rendimiento “en manos” de la refrigeración. Si es una refrigeración solvente, habrá más margen para usar Vatios antes de que la temperatura supere el máximo permitdo.
En un equipo como el ASUS Vivobook Slate 13 OLED 2023, con refrigeración pasiva, “jugar” con estos parámetros permite obtener un plus de rendimiento, por ejemplo. También encontramos un gran potencial de mejora en los portátiles plegables. Los fabricantes, a la vista de que son equipos que pueden ser usados como tabletas, configuran los portátiles para que las temperaturas máximas que se alcanzan sean siempre confortables, sin superar valores que podrían ser incómodos para el manejo de los laptops 2 en 1. Hacen bien, porque hay usuarios que no tienen por qué saber acerca de los límites de potencia y si, por una configuración equivocada, activan un modo “turbo” pensado para un uso del equipo como portátil convencional mientras usan el laptop como tableta, pueden incluso sentir que el equipo “quema” cuando lo sujetan con las manos.
Los ajustes de los que hablaremos en este artículo, así pues, están pensados para usuarios que saben lo que hacen y son capaces de revertir los efectos de estos ajustes avanzados que permiten exprimir al máximo el rendimiento de un portátil Intel. Para equipos AMD se puede aplicar una filosofía similar, usando otras herramientas y tuneando otros parámetros equivalentes a los PL1 y PL2, pero en el ecosistema de AMD.
El escenario de pruebas
A modo de ejemplo práctico y real, usaremos el equipo ASUS Vivobook Slate 13 OLED que hemos analizado recientemente. Es un equipo sin ventilación activa, por lo que depende exclusivamente de los recursos de disipación pasivos. Esta circunstancia deja un margen más pequeño para mejorar el rendimiento, pero, como veremos, hay diferencias significativas entre el rendimiento obtenido con los parámetros por defecto de ASUS y los parámetros tuneados por nosotros.

Foto: el equipo de pruebas es un ASUS Vivobook 13 OLED 2023. Es un portátil 2 en 1 con refrigeración pasiva, con un procesador Intel Core i3-N300 con un TDP de 7W y con una potencia límite muy conservadora, de 15W.
Como herramientas de software, utilizaremos HW Info para monitorizar los parámetros de funcionamiento tanto numéricamente como gráficamente, así como ThrottleStop para ajustar los parámetros del procesador, específicamente los parámetros PL1 y PL2.
ThrottleStop se usaba en el pasado para evitar que equipos como los Microsoft Surface entrasen en corte térmico, ajustando el funcionamiento de esos portátiles a una cantidad de Vatios máximos que no hiciesen que la temperatura aumentase hasta el punto de entrar “en corte” (es decir, hacer throttle de la CPU). Ahora, sin embargo, encuentra su utilidad en el overclocking de procesadores Intel “jugando” con los límites de potencia, allí donde la velocidad de reloj no se pueda modificar.
Las pruebas que emplearemos como benchmarks son Cinebench R23 multi thread y Furmark, para una resolución 720p y 4xMSAA para el antialiasing. Recuerda que la gráfica integrada es sumamente modesta, por lo que es mejor ceñirse a un modo gráfico relativamente conservador.
En el siguiente apartado hablaremos ya de los aspectos prácticos para las pruebas de rendimiento bajo diferentes configuraciones y usando tanto Cinebench R23 como Furmark al mismo tiempo o por separado. Recuerda también que tanto los gráficos como la CPU están en el mismo chip, lo cual incide en la disipación en Vatios, por lo que los límites de potencia impactarán en los resultados de un modo u otro si tenemos aplicaciones de CPU y GPU ejecutándose al mismo tiempo.