La Xbox original fue la primera consola de Microsoft, y no solo supuso la entrada de la compañía en un mercado en el que no tenía experiencia, sino que además fue la primera, y la única, que utilizó un procesador Intel, concretamente un derivado del Pentium III equipado con un núcleo que funcionaba a 733 MHz. Era un chip muy potente para la época, y estaba muy por encima de los procesadores de PS2 y GameCube.
Seamus Blackley, conocido por ser el "padre" de Xbox, ofreció una disculpa a AMD a través de redes sociales por haber decidido abandonarla, en el último momento, cuando estaban trabajando en la etapa final de desarrollo de dicha consola. Es un comentario muy interesante que confirma que Xbox utilizó, en su etapa de prototipo, un procesador AMD, concretamente un Athlon basado en la arquitectura K7, una generación que fue muy competitiva.
Blackley también confirmó que durante el anuncio del lanzamiento, todas las demos se ejecutaron sobre hardware AMD, y que la compañía colaboró con su equipo de forma intensiva durante toda la fase de prototipo de la consola. En teoría, el motivo por el que Microsoft decidió desechar el uso de un procesador AMD en Xbox y optar por Intel fue, simplemente, por la relación entre ambas compañías, es decir, por una cuestión de "política y relación empresarial" entre Intel y Microsoft.
Al final, Xbox contó con una configuración de hardware impresionante para la época, gracias sobre todo a su GPU GeForce 3 Ti personalizada y a sus 64 MB de RAM, pero es curioso pensar que podría haber llegado con una CPU AMD Athlon.
En Xbox 360, Microsoft no tuvo más remedio que olvidarse de Intel porque la compañía de Santa Clara no tenía nada realmente viable en términos de consumo energético. Si los Core 2 Duo hubiesen llegado antes, quizá podrían haber acabado en dicha consola, aunque con un diseño personalizado (limitados).
