Los procesadores de Intel P4, y sobretodo los famosos Prescott que funcionan a elevadisimas frecuencias de reloj, tienen una interesante función llamada Thermal-Throttling.
Hay distintas revisiones del core que actuan de forma distinta, pero aproximadamente podemos decir que estos procesadores cuando detectan sobrecalentamiento en el núcleo añaden instrucciones de espera para que este deje de trabajar unos instantes. Dicha función es una arma de doble hilo, pues si bien permite que no se sobrecaliente el procesador, también reduce el rendimiento de este sin darnos cuenta y de forma transparente al usuario.
Con procesadores de gama media no es un problema muy habitual (siempre depende del sistema de refrigeración que utilizemos). En las versiones más potentes como es nuestro querido P4 560 a 3.6Ghz que utilizamos en nuestros análisis sí que empieza a ser preocupante y es por este motivo que el overclock que practicamos a nuestro ordenador en muchos artículos nos da resultados incluso inferiores a los que se obtienen sin aplicar dicha subida de Mhz.
Recientemente ha aparecido una interesante
herramienta, llamada ThrottleWatch™ que mide el uso de CPU y el uso del Thermal-Throttling de nuestro procesador. Así a los usuarios les puede resultar muy útil ver si se pasan del umbral del procesador y en vez de ganar, pierden enteros.
Arriba tenéis una captura de nuestro procesador overclockeado después de una sesión de tortura ;).