Malos tiempos para Bungie. El estudio, que fue comprado por Sony y forma parte de PlayStation Studios, ha anunciado una ronda de despidos que dejará en la calle a 220 personas, y las últimas filtraciones por parte de insiders que tienen fuentes fiables aseguran que Bungie ha perdido toda su independencia, y que ahora está siendo controlado totalmente por PlayStation Studios.
Esas fuentes también dicen que Destiny 3, uno de los juegos más esperados de Bungie, nunca ha llegado a entrar en desarrollo, y que ahora mismo ni siquiera es un proyecto que se esté considerando, así que podría no llegar nunca al mercado. Bungie va a seguir exprimiendo Destiny 2 durante unos cuantos años más, y eso que el juego llegó en 2017.
El futuro a corto plazo de la franquicia está asegurado por la continuidad de Destiny 2, pero está en entredicho porque no sabemos nada de Destiny 3, y porque Payback, que era un spin-off centrado en el universo de esta franquicia, al final ha sido cancelado. Todo dependerá de lo que decida PlayStation Studios, y de lo bien que le vaya a Bungie con el único proyecto conocido que tiene ahora mismo entre manos, Marathon.
Marathon será un juego planteado como shooter competitivo de extracción. Se dice que el estudio trabaja también en una nueva franquicia, pero no hay detalles concretos. Destiny 2 recibirá dos DLCs más y dos temporadas por año con nuevas historias e hilos narrativos.
A este ritmo no sería raro que Destiny 3, si es que llega a anunciarse alguna vez, acabe llegando para la próxima generación de consolas. El tiempo lo dirá.