
Intel presentó una buena dosis de información durante la IEEE International Solid-State Circuits Conference (ISSCC), un evento importante que tuvo lugar en San Francisco y en el que confirmó algunos detalles previos relacionados con el desarrollo de su GPU dedicada.
La compañía de Santa Clara lleva varios años queriendo entrar en el sector de soluciones gráficas. Es un hecho que confirman intentos fallidos como la Intel i740 y la más reciente Larrabee, que acabó convirtiéndose en un chip para computación de alto rendimiento integrado en un PCB con forma de tarjeta gráfica.
A pesar de sus fracasos nunca han abandonado sus planes de hacerse un hueco en el sector gráfico, un objetivo que con el auge de los coches autónomos y la inteligencia artificial tienen más claro que nunca, ya que ambos sectores son el futuro y requieren de GPUs para desplegar todo su potencial.
Esto llevó a Intel a ficha a Raja Koduri, el gurú del Radeon Technologies Group de AMD y responsable de la arquitectura gráfica Vega que desde el pasado año trabaja para el gigante de Santa Clara con la misión de construir una GPU dedicada.
Las primeras informaciones confirman que el proyecto está en su etapa inicial de desarrollo, y que Intel está apostando por utilizar la base de su arquitectura de iGPUs de novena generación, presente en los procesadores Kaby Lake y Coffee Lake.
Por ello los primeros diseños esquemáticos que ha mostrado Intel dejan ver una solución gráfica con dos chips. En uno de ellos se integra la GPU con tres bloques de unidades de ejecución y un agente del sistema y el segundo contiene una FPGA conectada al bus del sistema.
Todavía falta mucho para que Intel pueda comercializar su propia GPU dedicada, pero sus primeros pasos confirman que ha buscado ir por el camino fácil y apostar por escalar su tecnología actual.