Una startup israelí llamada NextSilicon ha recibido 300 millones de dólares en financiación para poder poner en práctica sus proyectos y su estrategia. Esta compañía quiere desafiar la computación tradicional y hacer frente a NVIDIA, AMD e Intel.
Para conseguirlo pretenden romper con la rigidez de la computación actual, que se reparte entre la CPU y la GPU. La compañía ha anunciado una nueva línea de chips que ya están siendo probados en laboratorios de Estados Unidos.
Los productos de NextSilicon están en fase de evaluación, y podrían ser utilizados en sistemas que realizan tareas científicas de computación altamente exigentes, incluyendo el modelado de armas nucleares.
Uno de los productos que más interés ha generado es el Maverick-2, que está fabricado en el nodo de 5 nm de TSMC y que cuenta con 96 GB o 192 GB de memoria HBM3E. Su versión con un único encapsulado tiene un TDP de 400 vatios, y la versión de doble encapsulado llega a los 750 vatios. Los dos admiten refrigeración líquida y por aire.
Según pruebas de rendimiento internas, el chip es capaz de ofrecer hasta 4 veces el rendimiento del HGX B200 de NVIDIA en FP64, y hasta 20 veces la eficiencia de las CPUs Intel Xeon Sapphire Rapids.

A diferencia de los procesadores tradicionales, el Maverick-2 utiliza una arquitectura de flujo de datos que elimina la sobrecarga de control. Cada unidad de lógica aritmética está interconectada en un gráfico, lo que activa automáticamente el cálculo a medida que los datos se mueven a través de la red.
Según el cofundador de la compañía el chip se puede reconfigurar a sí mismo en tiempo real, identificando rutas de código de ejecución frecuente y optimizando el hardware sobre en tiempo real, y según se van realizando los trabajos. La empresa afirma que esta adaptabilidad proporciona aproximadamente diez veces la capacidad computacional de la última serie de GPU de NVIDIA, pero reduciendo el consumo en un 40%.