Cuando Apple lanzó el iPhone 4 tuvo un gran éxito, pero este smartphone llegó al mercado con un problema que convirtió a Steve Jobs en un meme, el "antennagate". El por entonces nuevo iPhone tenía problemas de señal que afectaban a la antena, y que hacían que se perdiera la cobertura.
Steve Jobs respondió a las críticas diciendo que el problema era nuestro, porque utilizábamos mal el iPhone 4 y no lo cogíamos correctamente. En parte era verdad, porque el problema se producía al sujetar el smartphone desde ciertas partes del marco. Si evitábamos esas partes no teníamos problemas de señal, pero esto era incómodo y antinatural para un uso normal.
Nunca se lanzó una solución definitiva, lo que hizo pensar que quizá era un problema tan grave que no era posible resolverlo sin recurrir a cambios estructurales. Ayer, quince años después, un ingeniero ha sido capaz de solucionar el "antennagate" del iPhone 4 con una simple actualización que apenas ocupa 20 bytes.
El ingeniero ha descubierto que el problema no estaba en el chasis ni en la estructura o la colocación de las antenas, sino en los valores de conversión de bytes a dBm. Cambiando los valores a unos más realistas ha sido posible resolver el problema, así que es cierto lo que dijo Apple, nunca fue un problema de hardware, sino de software. Este escándalo costó a Apple 175 millones de dólares de la época.
Cuesta creer que una empresa con el nivel de Apple no fuese capaz de solucionar este problema en su momento, ni de descubrir dónde estaba realmente la causa. Es verdad que en 2010 no estábamos tan avanzados como ahora, pero con los recursos y los ingenieros que se supone que tenía Apple sigue siendo difícil de entender.