Microsoft ha vuelvo a publicar datos de pruebas donde compara el rendimiento de Windows 10 con el de Windows 11, en ellas gana Windows 11 con una ventaja que llega a ser de hasta 3,2 veces más rendimiento.
Los resultados parecen demasiado buenos para ser reales, y eso es precisamente lo que sucede, que los resultados no son reales, porque para hacer las mediciones y la comparativa se han utilizado ordenadores portátiles de gamas diferentes y con distintos componentes.
Según Microsoft, los mejores portátiles con Windows 11 tienen una autonomía hasta 2,7 veces superior que los portátiles con Windows 10. Estos también son hasta 2,3 veces más rápidos, son 3,2 veces más rápidos en navegación web y rinden hasta dos veces mejor en Microsoft Office.
Microsoft explica cómo se han realizado las pruebas, y solo ha utilizado portátiles con procesadores Intel, pero el problema es que los portátiles con Windows 10 estaban equipados con procesadores Intel Core desde la Gen 6 hasta la Gen 10, mientras que los portátiles con Windows 11 utilizaban procesadores Intel Core Gen 12 y Gen 13.
Esto es como si nosotros cogemos un Ryzen 1000, lo comparamos con un Ryzen 7000 y nos quedamos tan anchos diciendo que el segundo es el doble de rápido. Es normal, está varias generaciones por encima, el sistema operativo apenas influirá en los resultados.
Microsoft no lo esconde, pero no deja de ser engañoso, porque no todo el mundo se molesta en mirar la configuración de los equipos de las pruebas, y porque las personas que tienen pocos conocimientos pueden acabar creyendo que realmente es Windows 11 el que obra esos milagros.
La compañía quiere que actualicemos todos a Windows 11, pero no está dispuesta a reducir los requisitos de este sistema operativo.
