Hace más de un año que Intel comenzó a investigar los incidentes relacionados con la inestabilidad en los procesadores Raptor Lake. Según parece, es un problema derivado de más de una causa, por lo que ha sido necesario todo este tiempo para encontrar una solución satisfactoria.

En septiembre, Intel ya lanzó una actualización de microcódigo, pero ha continuado investigando, para encontrar que, en equipos que se estén ejecutando varios días con poca actividad, pueden aparecer signos de inestabilidad. Así pues, ha lanzado una nueva actualización de microcódigo, la 0x12F.
Intel no ha dado detalles sobre qué hace esta actualización, aunque sí ha aclarado que no afecta al rendimiento. Este problema ha sido uno de los más serios a los que se ha enfrentado Intel. Al menos, ha conseguido evitar que hubiera que recuperar los procesadores para cambiarlos o arreglarlos.
Lo que nos dice esta noticia también es que Intel puede no haber contemplado aún todos los escenarios de fallo. Así que será mejor estar atentos a futuras actualizaciones.