PS5 fue lanzada en España con un precio de 399,99 euros en su versión digital y de 499,99 euros en su versión con unidad óptica. Sony tuvo la idea de subir el precio de esta consola en España, y echó la culpa a la inflación.
Ahora, varios años después, a la compañía japonesa le sabe a poco el precio de la consola, que cuesta 449,99 euros en su versión digital y 549,99 euros en su versión con unidad óptica, y ha decidido subir el precio de la versión digital en España hasta los 499,99 euros. Esta subida de precio se aplica también a otros países de Europa, pero a nosotros nos afecta la subida prevista para España.
El precio de la unidad óptica ha bajado en Europa, y pasa ahora a costar 79,99 euros. Esto parece estar relacionado con la subida de precio de la versión de PS5 sin unidad óptica, pero es un movimiento muy difícil de entender por parte de Sony, que se ha justificado diciendo que se debe a "un entorno económico desafiante".
El yen está muy devaluado, y el euro está muy fuerte. Esto debería favorecernos, y lo justo sería que Sony bajase el precio de PS5 como consecuencia de esa diferencia de valor entre ambas divisas, que fue justo lo que hizo NVIDIA con las GeForce RTX 50, pero ha hecho todo lo contrario.
Da la sensación de que a Sony le da igual cobrar de más porque sí por su consola, porque sabe que ha ganado a Xbox y siente que puede hacer lo que quiera. La competencia es muy necesaria, y quizá Nintendo Switch 2 sea ese tirón de orejas que acabe poniendo a Sony en su sitio, y que la obligue a bajar precios de una vez para mantener sus ventas.
