Half-Life 2 RTX es un juego que puede escalar bien con diferentes tarjetas gráficas, y tiene tecnologías que permiten reducir el consumo de recursos. RandomGaminginHD ha querido hacer una comparativa yendo al límite, porque ha probado este juego, que es uno de los más exigentes (si no el más exigente) de hoy en día con una GPU integrada.
La GPU integrada que ha utilizado es la Radeon 780M, que utiliza la arquitectura RDNA 3 y tiene 768 shaders, 48 TMUs, 32 ROPs y 12 núcleos para trazado de rayos de segunda generación. Su potencia máxima es de 8,29 TFLOPs.
Half-Life 2 RTX no tiene soporte de FSR, así que hay que utilizar el reescalado TAU en el menú de opciones para mejorar el rendimiento. Con resolución 1080p, NIS en modo rendimiento y calidad baja el juego no es capaz de mantener una media de más de 10 FPS de manera estable. No es jugable, y la calidad de imagen es tan baja que se puede decir que es peor que el juego original con una resolución normal y calidad máxima.
Con reescalado en modo rendimiento y calidad ultra tenemos una media de 5 FPS. ¿Hay alguna manera de que el juego vaya fluido y que sea jugable con esta GPU integrada? Pues sí, la hay, pero conlleva tantos sacrificios que el resultado final no es disfrutable.
Para conseguir 25 FPS es necesario renderizar en 480p y utilizar reescalado en modo rendimiento con todo en calidad baja. Utilizando esa configuración hay ocasiones en las que supera los 30 FPS, pero la pérdida de calidad de imagen es tan grande que parece un juego de hace varias generaciones.
Sería interesante que se probase este juego con una Radeon 8060s, que es la tarjeta gráfica integrada más potente que existe. Con esta sí que debería ser posible jugar con fluidez, aunque sea en 1080p con calidad baja.