Los televisores CRT llevan tiempo siendo considerados como algo obsoleto. Dominaron en la década de los 80, pero es una tecnología que entró en desuso ya a finales de los años noventa, y que acabó siendo abandonada por tecnologías superiores que permitieron el desarrollo de pantallas planas y con mayor calidad de imagen.
Las pantallas CRT siguen teniendo mucho valor en el mundo del coleccionismo y para jugar a consolas y sistemas retro. Los modelos de Sony son los más populares, y había uno en especial que era considerado como el "Santo Grial" de su generación, un televisor Sony PVM-4300, que tenía el honor de ser el más grande jamás fabricado dentro de la categoría de los televisores de tubo.
Los televisores de este tamaño eran tan caros difíciles de fabricar que era muy raro encontrar modelos de más de 30 pulgadas. Todo el trabajo de ingeniería necesario para blindar los tubos de ese tamaño hicieron que el Sony PVM-4300 tuviera un precio de 18.000 dólares en 1989. Este televisor tenía una pantalla de 43 pulgadas a 60 Hz con resolución 480p progresiva. En los Estados Unidos su precio fue de 40.000 dólares, lo que equivale a 96.000 dólares actuales ajustando el precio a la inflación.
Con esos precios la cantidad de unidades que se vendieron fueron muy escasas, y este televisor acabó siendo una rareza "en peligro de extinción". Un canal de Youtube logró encontrar una unidad, y se ha hecho con ella. Han confirmado que el televisor funciona, y que es una delicia para jugar a consolas y sistemas retro gracias a su nulo input lag y a su conversión 480p, que era muy avanzada para su época.