Los fabricantes de smartphones tienen en la batería uno de los mayores retos tecnológicos al que se enfrentan cuando diseñan nuevos terminales. La más reciente tendencia es la de integrar capacidades más elevadas que en generaciones anteriores, hasta el punto de llevar los 7.000 mAh a una cierta normalidad, cuando antes era la excepción en modelos muy concretos.

Este paso hacia adelante tiene su fundamento tanto en mejoras tecnológicas como en la demanda de más autonomía por parte de los usuarios. Recientemente, realme ha presentado el Neo 7, que viene con la mencionada capacidad de 7.000 mAh, desarrollado en colaboración con CATL. La pantalla es de 6,78'' y viene con un grosor de solo 8,5 mm. Es una muestra de cómo ha avanzado la tecnología de diseño de los móviles, especialmente en lo que concierne a integrar baterías más grandes en diseños más delgados.
La tecnología que sustenta este progreso se asocia a avances en aspectos como el ánodo, que ahora es de Silicio - Carbono, con una densidad de carga mayor, de hasta 4.200 mAh/g, que es unas 10 veces más de lo que el grafito puede almacenar por gramo (340 - 370 mAh/g). Por ejemplo,el Realme GT Pro usa una batería que viene con un 10% de Silicio, que mejora la densidad de energía aproximadamente un 7% frente a las baterías con ánodo de grafito tradicionales.
El uso del Silicio no está exento de problemas, pero los fabricantes están aprendiendo gestionar estas contrapartidas. El resultado es una mayor capacidad en la batería de los terminales que llegarán en los próximos meses. Honor, parece ser, tendrá un móvil con batería de 7.800 mAh en 2025.
Fuente: MyDriver (en Chino)