El trabajo que se está realizando para emular Bloodborne en PC es enorme, pero este esfuerzo titánico está dando muy buenos resultados. El juego ya aprovecha en PC las unidades SSD, y gracias a eso es capaz de cargar en pocos segundos. También se ha optimizado tanto que ya puede funcionar bien en hardware de gama baja.
Un nuevo vídeo que se acaba de publicar hace solo unas horas muestra cómo funciona Bloodborne en un PC con un Ryzen 5 7600X, una GeForce GTX 1060 de 6 GB y 32 GB de memoria RAM. Con esta configuración es posible jugarlo en 720p con una fluidez que es buena en general, aunque todavía se producen muchas oscilaciones, lo que hace que haya escenarios en los que tenemos más de 60 FPS y otros en los que el juego se mueve más en torno a los 30 FPS.
Los tirones son también bastante frecuentes cuando se producen cambios de zona o entradas en secciones nuevas. Todavía hay que mejorar y que optimizar para que esto no suceda, y para que Bloodborne funcione de verdad con una fluidez total, hasta que esto no se consiga la experiencia no será buena, y no se podrá disfrutar realmente del juego.
Las métricas de rendimiento confirman que en 720p el juego puede llegar a consumir más de 14 GB de memoria RAM y casi 6 GB de memoria gráfica. Estos consumos son mayores si se aumenta la resolución, pero puede que con más optimización acabe siendo posible jugar a Bloodborne con una GeForce GTX 1060 de 6 GB en 1080p.
Lo más difícil ya se ha conseguido, pero ahora queda un proceso de optimización y de corregir errores y fallos que puede acabar haciéndose bastante largo.