Las pruebas de rendimiento de Dragon Age: The Veilguard confirmaron que no es un juego muy exigente, y que se puede jugar en 1080p con 30 FPS y calidad máxima a partir de una GeForce RTX 3050, pero esas pruebas no mostraban cómo se comporta el juego con tarjetas gráficas más antiguas, ni cómo escala con la CPU.
Dragon Age: The Veilguard necesita un procesador de al menos seis núcleos para escalar bien, y es capaz de aprovechar un procesador de 8 núcleos y 8 hilos. Con 4 núcleos y 8 hilos activos un Ryzen 7 7950X3D con una GeForce RTX 4090 consigue 49 FPS de media, al subir a 6 núcleos y 6 hilos pasa a 90 FPS de media, y con 8 núcleos y 8 hilos la media pasa a ser de 128 FPS. La media no mejora mucho con 8 núcleos y 16 hilos, pero los mínimos son más altos.
Con tarjetas gráficas antiguas la Radeon RX 580 consigue 28 FPS de media, superando a la GeForce GTX 980 Ti, que queda en una media de 20 FPS. Esta diferencia de rendimiento parece motivada por la falta de memoria gráfica, porque la tarjeta de NVIDIA tiene 6 GB de memoria gráfica y la de AMD tiene 8 GB.
La Radeon RX Vega 64 logra una media de 39 FPS. En potencia esta tarjeta gráfica era comparable a la GeForce GTX 1080, pero esto no implica que las dos rindan igual en este juego. El resto de gráficas ya son más avanzadas, puesto que continúa con la GeForce RTX 2080 Ti.
Si se puede jugar a casi 30 FPS con una Radeon RX 580 de 8 GB en 1080p el juego es bastante asequible. Con calidad media debería funcionar bien en una GeForce GTX 1060, y en tarjetas gráficas que no tengan 8 GB de memoria gráfica.

