Los requisitos de Call of Duty: Black Ops 6 no son muy altos, pero el juego necesita de unos mínimos que no garantizan que vaya a funcionar bien en algunas tarjetas gráficas, y que podrían dar problemas si se ejecuta con una GPU integrada.
En esta prueba de rendimiento se ha ejecutado Call of Duty: Black Ops 6 con una GPU integrada, pero no con una potente como la Radeon 680M o las Radeon 780M y 890M. Se ha probado con una Radeon Vega 7, que utiliza la arquitectura GCN 5.1 y tiene 448 shaders, 28 TMUs y solo 8 ROPs. Es una GPU integrada bastante limitada, pero puede ejecutar el juego porque cumple con todos los mínimos tecnológicos que requiere.
Si se ejecuta Call of Duty: Black Ops 6 en 1080p con calidad baja y escala al 100% de resolución el rendimiento es de 18 FPS. Activar Intel XeSS en modo rendimiento empeora la situación y baja el rendimiento a 14 FPS. Con el reescalador espacial de NVIDIA en modo rendimiento es posible jugar a 37 FPS de media, y con AMD FSR 1 en modo rendimiento se llega a 36 FPS.
Se puede activar también FSR 3 en modo rendimiento, pero la media es de 27 FPS, menos que con FSR 1. Reducir la escala de resolución al modo ultra rendimiento no mejora la media de FPS, porque ya se produce un cuello de botella por el procesador, que es un Ryzen 5 5600U.
El rendimiento puede cambiar en función de cada mapa, hay algunos en los que puede llegar a superar los 60 FPS con FSR 1 en modo rendimiento, pero los picos mínimos suelen ser de menos de 30 FPS. Se puede jugar a Call of Duty: Black Ops 6 con una GPU poco potente, pero el rendimiento y la experiencia lógicamente no son buenos.