God of War: Ragnarok no es un juego muy exigente. Los primeros datos de rendimiento confirmaron que funcionaba bien en una GeForce RTX 4060, incluso sin DLSS 3. Tras su lanzamiento oficial ya han empezar a aparecer pruebas de rendimiento más completas, y GameGPU ha sido uno de los primeros en publicar una comparativa.
En 1080p con calidad máxima una Radeon RX 6600 es suficiente para jugar a 36 FPS de media sin reescalado. La Radeon RX 6600 XT mejora a 40 FPS y rinde igual que una GeForce RTX 2060 SUPER. La GeForce RTX 3060 Ti consigue 59 FPS de media, y la Radeon RX 6700 XT solo obtiene 46 FPS de media, un resultado muy malo para esta tarjeta gráfica que en otros juegos llega a superar a la GeForce RTX 3006 Ti.
Con resolución 1440p a partir de una Radeon RX 6600 XT o una GeForce RTX 2060 SUPER es posible mantener 30 FPS bastante estables. Para jugar a 60 FPS necesitamos al menos una Radeon RX 6800 XT o una GeForce RTX 3080 o RTX 4070. En 4K solo se puede jugar a 30 FPS a partir de una Radeon RX 6800 o una GeForce RTX 3070. A partir de una Radeon RX 7900 XT tenemos 59 FPS, y con una GeForce RTX 4070 Ti SUPER la media es de 66 FPS.
El consumo de memoria varía según la cantidad disponible en cada tarjeta gráfica, y de la resolución. En 1080p una tarjeta gráfica con 8 GB de memoria VRAM registra un consumo de 6 GB, en 1440p se mantiene en 6 GB y en 4K se eleva a 7 GB. En 4K una tarjeta gráfica con 24 GB de memoria gráfica registra un consumo de 9 GB de memoria de vídeo.
Rendimiento de God of War: Ragnarok escala más con el IPC que con el número de núcleos, porque un Intel Core i3-13100 de cuatro núcleos y ocho hilos rinde mejor que un Core i7-10700K de 8 núcleos y 16 hilos.