Investigadores de la Universidad de Southampton en Reino Unido han logrado almacenar la secuencia completa del genoma humano utilizando una memoria óptica 5D de cristal de cuarzo que es teóricamente indestructible. Su tamaño es el equivalente a un penique, y puede sobrevivir a casi cualquier castigo imaginable, desde radiación cósmica hasta temperaturas de más de 1.000 grados, e incluso a impactos directos con una fuerza de 10 toneladas por centímetro cuadrado.
Estos cristales de memoria utilizan láseres ultrarrápidos que pueden grabar datos en una nanoestructura con huecos orientados con sílice. Se considera como 5D porque a diferencia de las marcas en 2D que se pueden realizar en un papel o en una cinta, este método utiliza dos dimensiones ópticas y tres coordenadas espaciales para escribir a través del material. Según el equipo, esta técnica permite alcanzar una densidad de hasta 360 TB de almacenamiento, y no sufriría ningún de degradación ni siquiera tras miles de millones de años.
La creciente necesidad de almacenamiento ha hecho que se necesiten unidades de mayor capacidad, pero también más fiables y resistentes. La fiabilidad y la resistencia al uso y al paso del tiempo son dos problemas que este material logra resolver de una manera increíble, y podría ser utilizado como sistema de almacenamiento de respaldo para conservar de forma segura cosas realmente importantes, como el genoma humano y los genomas de otras especies.
En la parte exterior del cristal se puede grabar información y detalles visuales que permitirán a los que utilicen los cristales diferenciar qué tipo de contenido se van a encontrar. El primer cristal grabado contiene el genoma humano, y los dibujos de su capa externa lo representan perfectamente. Este tipo de almacenamiento no aspira a ser una solución que se comercialice a gran escala, sino una solución muy especial para casos muy concretos e importantes.