Bryan Meemskerk, director de arte de Massive Damage Studios, ha dicho en un podcast que Sony ha tomado muchas buenas decisiones sobre el hardware de PS5 Pro, con la excepción de suprimir la unidad óptica. Cree que es un error no tanto por el precio de venta, sino porque un producto como este se dirige a una audiencia que busca comprar y conservar sus juegos en formato físico.
Cree que esto ha sido una prueba para Sony antes del lanzamiento de PS6, tanto el lanzamiento de PS5 Pro sin unidad de disco como el alto precio de esta consola. La unidad de disco extraíble de PS5 y PS5 Pro se ha agotado en muchos mercados, así que Sony ahora sabe que hay mucha demanda para una consola sin unidad de disco, y para su unidad de disco vendida por separado.
Esto aumenta mucho las posibilidades de que Sony lance una PS6 sin unidad de disco, y de que decida vender la unidad por separado. Si PS5 Pro tiene éxito a pesar de su alto precio de venta es casi seguro que Sony subirá el precio de PS6 y que esta podría acabar costando lo mismo o incluso más que PS5 Pro. Estas pruebas de tolerancia son un riesgo menor cuando se presentan como una renovación intergeneracional porque Sony no tiene nada que perder, ya tiene muchas unidades de PS5 colocadas y ha ganado esta guerra.
A Sony tampoco le preocupa un pequeño ciclo de mala prensa, porque sabe que no durará mucho, y porque cree que la situación se acabará normalizando, como ocurrió con Apple y con NVIDIA cuando estas empresas fueron subiendo el precio de sus productos de forma sucesiva. Si las cosas le salen bien a Sony quizá la compañía se salga con la suya y acabe lanzando consolas con un precio de 1.000 euros. Con PS5 Pro ya ha estado a punto de hacerlo, porque la consola con la unidad óptica y el estand vertical cuesta casi 950 euros.
