La Radeon 890M es una GPU integrada tan potente que es capaz de superar en juegos a la GeForce GTX 1650 de escritorio. AMD ha sido capaz de integrar una GPU que es más potente que la tarjeta gráfica dedicada de gama baja de NVIDIA más vendida ahora mismo, y esto refuerza el valor de las APUs Ryzen AI 300 que montan esta solución gráfica.
La GeForce GTX 1650 tiene 896 shaders, 56 TMUs, 32 ROPs, bus de 128 bits y cuenta con 4 GB de GDDR5 a 8 GHz. Utiliza la arquitectura Turing. La Radeon 890 tiene 1.024 shaders, 64 TMUs, 32 ROPs, 16 núcleos para trazado de rayos y utiliza la memoria del sistema como memoria gráfica. Su arquitectura es RDNA 3.5.
En Devil May Cry 5 en 1080p con calidad alta la Radeon 890M consigue medias de más de 60 FPS, y suele ganar por entre uno y dos fotogramas por segundo a la GeForce GTX 1650. God of War en 1080p con calidad original va a entre 47 y 49 FPS en la Radeon 890M, y gana también por muy poco a la GeForce GTX 1650.
La diferencia es más grande en Senua´s Hellblade, que en 1080p y calidad alta funciona a unos 5 FPS más en la Radeon 890M. Cyberpunk 2077 es un juego donde la diferencia de rendimiento a favor de la Radeon es aún mayor. Configurado en 1080p con calidad baja va a unos 45 FPS, mientras que la GeForce GTX 1650 ronda los 36 FPS.
Resident Evil 6 en 1080p funciona casi igual de bien en ambas gráficas, y Robocop Rogue City funciona a 10 FPS más en la Radeon 890M. Esa diferencia hace que la experiencia pase de 21 a 31 FPS, y que sea jugable. The First Descendant también va un poco mejor en la Radeon 890M, y Forza Horizon vuelve a dar una generosa ventaja a la Radeon. Esta solo pierde en Tomb Raider 2013.