AMD se encuentra ahora en uno de sus mejores momentos. Tiene un diseño de CPUs muy competitivo basado en chiplets que puede adaptar fácilmente y escalar para conseguir diferentes tipos de procesadores, ha dado forma a variantes de sus núcleos con menor o mayor cantidad de caché para crear soluciones especializadas, y ha conseguido también mejoras con la arquitectura RDNA 3 que le han permitido competir mejor con NVIDIA.
Pero hace una década la situación de AMD era totalmente distinta. La situación pintaba tan mal que se esperaba que si no se producían cambios importantes AMD entraría en bancarrota en 2020. Por suerte AMD pudo evitar este fatal destino y sobrevivir unos años hasta el lanzamiento de Zen gracias al contrato que cerró con Sony para suministrar la APU que utilizó PS4.
Eso es lo que ha escrito Renato Fragale, director de la división OEM de consumo y gaming para clientes en AMD, donde explica que dirigió a un equipo de 15 personas para desarrollar la APU de PS4, una consola que ha sido de las más exitosas y que fue clave para ayudar a AMD a evitar la bancarrota.
Este equipo también desarrolló la APU que montó Xbox One, y las que se implementaron posteriormente en Xbox Series X y en PS4 Pro. En conjunto, las ventas que sumaron todas estas consolas son millonarias. Se estima que PS4 habría vendido unos 117 millones de consolas, y que Xbox One vendió unos 58 millones de consolas.
La APU de PS4 fue más potente y equilibrada que la de Xbox One. Tenía una CPU Jaguar de 8 núcleos a 1,6 GHz y una GPU Radeon GCN 2.0 con 1.152 shaders a 800 MHz que se apoyaba en 8 GB de memoria unificada de tipo GDDR5 a 5,5 Gbps. Para muchos ha sido una de las mejores consolas jamás creadas.
La APU de PS4 fue superada, pero esta consola ha dado muchas alegrías a sus usuarios, y todavía sigue recibiendo juegos.
