The First Descendant es un juego gratuito y muy exigente que llegó a su fase de lanzamiento hace solo unos días. También ha recibido controladores optimizados por parte de NVIDIA y de AMD, y tiene una dependencia muy importante del procesador tanto en la fase de carga de shaders como en la de juego real.
Durante el inicio del juego se produce una intensa carga de shaders que puede poner el procesador al 100% de uso. Esta carga se va repitiendo cuando volvemos a entrar al juego, pero ya dura mucho menos tiempo y a cambio el juego funciona bien, sin problemas de stuttering ni tirones o parones graves.
El problema es que al producirse esa fase de carga de shaders algunos procesadores pueden dar problemas de estabilidad, y los Intel Core i9-13900K y Core i9-14900K, así como sus versiones KF, se encuentran entre los más afectados. Según Hardware Times tuvieron que tramitar el RMA de algunos modelos, y las nuevas unidades que recibieron como sustitución no funcionaron de forma estable, ni siquiera con el perfil por defecto, que es el que recomienda Intel.
Utilizando ese perfil el juego parecía funcionar durante unos pocos minutos con la nueva unidad, pero al final se acababa cerrando con un crasheo. Los crasheos con estos procesadores se producen durante la fase de carga, durante la etapa de compilación de shaders y también al jugar o incluso al ver cinemáticas. En sus pruebas jugaron a The First Descendant durante 34 minutos, y en ese tiempo el juego crasheó siete veces, con cinco de ellas siendo pantallazos azules.
Los registros de los eventos ocurridos que ha obtenido confirman que se debe a un problema de estabilidad de la CPU. Intel tiene todavía que resolver este problema, y el tiempo apremia, porque si no logra resolverlo antes del lanzamiento de Arrow Lake podría afectar a las ventas de esa nueva generación de procesadores.
