En un evento reciente Shawn Layden, anterior jefe de la división PlayStation en Sony, dijo que las diferencias técnicas actuales entre Xbox Y PlayStation son muy pequeñas, porque las dos utilizan el mismo hardware base de AMD, una APU con una CPU Zen 2 y una GPU AMD Radeon basada en la misma arquitectura y de la misma generación.
Para Layden lo importante ya no es la tecnología ni la potencia, porque las dos consolas son prácticamente iguales, sino los juegos que pueden ofrecer cada una. La guerra de las consolas está en los juegos, y el hardware ya no es tan importante. La verdad es que a pesar de que ambas consolas tienen la misma base estas también presentan diferencias.
PS5 tiene una GPU con 2.304 shaders y Xbox Series X tiene una GPU con 3.328 shaders. La primera va a mayor frecuencia y la segunda a menos velocidad, pero esta última tiene una mayor potencia y ofrece 2 TFLOPs más en FP32. Esa diferencia de potencia que debería favorecer a la consola de Microsoft no se ha visto realmente reflejada en juegos, quizá por su configuración de memoria dividida en dos bloques con distinto ancho de banda, o quizá por el hecho de que los desarrollos multiplataforma parten de la base de PS5 y no aprovechan bien Xbox Series X.
Cuando Sony lance PS5 Pro veremos una mejora de potencia importante, a pesar de que la base de hardware seguirá siendo muy parecida a lo que ofrece Xbox Series X, tanto que la diferencia de shaders entre Xbox Series X y PS5 es más grande que la que habrá entre Xbox Series X y PS5 Pro. ¿Creéis que sería interesante que Microsoft cambiara a NVIDIA e Intel en su consola de próxima generación para intentar diferenciarse mejor de la PlayStation de Sony?
