China podría invadir Taiwán, es lo que llevamos tiempo escuchando en diferentes medios, y un miedo que todavía resulta muy real, pero que tiene pocas probabilidades de cumplirse, porque las consecuencias de una invasión de este tipo podrían ponernos al borde de una Tercera Guerra Mundial, cuyas consecuencias serían impredecibles.
Una de las empresas más perjudicadas por una posible invasión sería TSMC, que es el fabricante de semiconductores más importante del mundo. Si esta empresa queda bajo el control de China en una supuesta invasión dicho país tendría acceso a los procesos de fabricación de semiconductores más avanzados del mundo, y el resto de países tendrían que negociar o que buscar alternativas, dos opciones muy complicadas.
Perder el acceso a los semiconductores de TSMC haría retroceder a la industria tecnológica de una manera espectacular, y colocaría a China en una posición muy ventajosa. Para evitar esto, y probablemente también para enfriar los ánimos de China de llevar a cabo una posible invasión, TSMC ha confirmado que tiene todas sus máquinas equipadas con un sistema de seguridad que permite inutilizarlas en caso de invasión.
Si China decidiera invadir Taiwán para hacerse con el control de TSMC se encontraría con todas las máquinas de fabricación de semiconductores inutilizadas. ASML, fabricante de esas máquinas, está realizando pruebas y simulacros de respuesta partiendo de este escenario, y está confirmado que esas máquinas se pueden desactivar directamente desde Holanda solo con pulsar un botón.
Esta medida de seguridad haría que a China no le saliera nada rentable invadir a Taiwán, ya que quedaría totalmente aislada, recibiría sanciones de extrema gravedad y podría acabar incluso en una guerra con Estados Unidos, conflicto que podría arrastrar al resto de países a un conflicto global.