En Japón las máquinas expendedoras en general suelen tener mucho éxito, pero nos hemos llevado una sorpresa al descubrir que tienen hasta máquinas expendedoras de procesadores. Estas máquinas funcionan como un juego de azar, porque pueden contener diferentes tipos de procesadores, incluyendo desde chatarra hasta procesadores más avanzados que funcionan sin problema.
El precio de cada jugada varía, pero parte en unos 3 euros al cambio. Por ese dinero es posible conseguir diferentes procesadores, y dependiendo de la suerte que tenga cada uno estos pueden funcionar o no. Uno de los usuarios que más suerte ha tenido con una de estas máquinas consiguió un Intel Core i7-8700, que es un procesador que tiene 6 núcleos y 12 hilos y que rinde más o menos como un Ryzen 5 3600.
Ese procesador funciona, pero le dio algunos problemas al principio, y sigue dando fallos en la pantalla cuando se usa su GPU integrada. Que el procesador no está del todo bien es obvio, porque Windows lo reconoce como una CPU con cinco núcleos y diez hilos, así que uno de sus núcleos estaría dañado. Su rendimiento sería, a pesar de todo, suficiente para hacer muchas cosas e incluso para jugar.
Las pruebas de rendimiento de ese Core i7-8700 que ganó lo colocaron por debajo de un Core i7-8700 normal. A pesar de todo, pagar 3 euros por una CPU como esta y que funcione es todo un premio. No es la primera vez que Japón monta máquinas de este tipo, pero en ocasiones anteriores la mayoría de los procesadores que han salido de ellas eran chatarra inservible, así que solo atraían realmente a los coleccionistas.
Este tipo de máquinas pueden ser una buena idea para librarse de basura electrónica y atraer a coleccionistas y aventureros que estén dispuestos a jugarse un dinero para poder ganar una CPU potente. Esto se hizo hace unos años en Japón, con una máquina que daba la posibilidad de ganar un Ryzen 5000.