Hace unos días saltó la noticia de que los procesadores Intel Raptor Lake y Raptor Lake Refresh estaban dando problemas de estabilidad, y que la situación se había vuelto complicada en algunos mercados, como el surcoreano, donde se registraban tasas de devoluciones bastante altas.
NVIDIA ha confirmado que está al tanto de estos problemas, y se ha referido a ellos en la lista de información de sus controladores, donde dice que si el usuario sufre problemas de estabilidad la culpa no es de sus tarjetas gráficas, sino que debe consultar con el fabricante de su CPU si utiliza un Core Gen 13 o Core Gen 14. Esto confirma que Intel podría estar en una posición más complicada de lo que parecía al principio.
Los problemas más graves se están registrando en ciertos juegos, y parece que los más afectados son aquellos que utilizan el motor gráfico Unreal Engine 5. Cuando se produce la compilación de shaders la CPU se suele poner al 100% de carga, y no todas aguanta esa carga durante el periodo de tiempo necesario para que termine la compilación de shaders. También se producen problemas durante el juego normal, y esto se achaca a un modo turbo demasiado agresivo que es el que acaba llevando al procesador al límite.
De momento la única solución que se ha confirmado que funciona, y que la comunidad recomienda abiertamente, es reducir la frecuencia de trabajo de los procesadores y también el voltaje. Lo más seguro es que acabe llegando una actualización de la BIOS que será adaptada por los fabricantes de placas base, y que debería resolver este problema.
Esos problemas de estabilidad podrían acabar produciendo daños irreversibles por las temperaturas de trabajo y el voltaje, así que si alguno de vosotros tiene estos problemas es mejor proceder cuanto antes a bajar frecuencias y voltajes, no sea que os quedéis sin procesador.
