Baikal Electronics era la gran esperanza de Rusia para cubrir sus necesidades básicas de procesadores tras las sanciones impuestas por la Comunidad Internacional a dicho país, consecuencia de la invasión de Ucrania, que dio pie a una guerra que por desgracia todavía está en marcha, y no parece que vaya a terminar a corto plazo, salvo que ambas partes cierren un acuerdo "sorpresa".
Fabricar procesadores de alto rendimiento no es una tarea sencilla, y Baikal Electronics, que ya lleva años en este mercado, lo sabe de primera mano. La compañía está teniendo serios problemas para cubrir las necesidades del país porque la tasa de chips defectuosos por oblea es demasiado alta, y esto está haciendo que las sanciones internacionales sean todavía más efectivas.
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Alrededor de la mitad de los chips que produce y empaqueta Baikal Electronics salen defectuosos. Medios rusos aseguran que estos problemas se deben sobre todo al uso de equipamiento mal configurado y a la falta de personal especializado. Producir chips es importante, pero empaquetarlos también, cualquier error en ambos casos hará que los chips no funcionen correctamente.
Para empeorar las cosas, Baikal Electronics no puede contratar con ninguna empresa local la fabricación de chips adicionales porque no existe ninguna capaz de trabajar con el nodo de 28 nm, un nodo que está "obsoleto" desde hace años. Por todo esto, se rumorea que la compañía está recurriendo a China para poder salir adelante y mejorar su situación.
Sin el apoyo de China las sanciones en Rusia podrían hacer que el país diera un retroceso enorme en fabricación y disposición de semiconductores, algo que ya se está empezando a notar, de hecho la propia Rusia espera poder fabricar chips en el nodo de 28 nm para 2030. TSMC dominó ese nodo en 2011.