El SoC de la Steam Deck demostró que es capaz de ofrecer un buen rendimiento en muchos juegos a pesar de sus limitaciones por tamaño y por consumo. Creíamos conocer todos sus secretos, pero había una cosa de la que no teníamos conocimiento, y que ha sido toda una sorpresa.
Este SoC tiene una CPU de cuatro núcleos y ocho hilos basada en la arquitectura Zen 2, cuenta con una GPU RDNA 2 que tiene un total de 512 shaders y acelera trazado de rayos. Esta se apoya en una interfaz de memoria LPDDR5 de 128 bits y el sistema cuenta con 16 GB en total, lo que supone que cuenta con una cantidad más que suficiente para ofrecer un buen rendimiento en juegos, ya que esa memoria se comparte y se utiliza como RAM y como VRAM.
Si miramos el espacio que ocupan todos esos componentes en el silicio nos encontramos con que la CPU apenas ocupa un 12,4%, y la GPU un 10,9%. El resto del espacio está ocupado por otros elementos importantes, como la interfaz I/O, la caché y demás, pero en un análisis profundo del chip se ha descubierto que hay una parte sin identificar que ocupa alrededor del 13,7%.
Esa parte sin identificar podría ser una unidad de procesamiento neural especializada en visión computerizada, y tendría un total de 14 núcleos. En teoría, esa unidad ha sido deshabilitada, pero si fuese posible activarla la Steam Deck tendría hardware especializado en aceleración de IA.
La nueva Steam Deck OLED utiliza un SoC más pequeño que el modelo LCD, y se cree que ha sido rediseñado para eliminar por completo esa unidad de visión computerizada por IA. No está confirmado, pero sería lo más lógico para intentar reducir costes de fabricación.