Hace solo unas horas apareció una información que decía que Sony había incluido una nueva cláusula que prohibía al usuario vender sus juegos de PS5 en el mercado de segunda mano. Esta información acompañaba una captura de pantalla que explicaba claramente ese veto.
Identificada como cláusula 7.1, dice textualmente que "no debemos volver a vender juegos en formato físico o digital, salvo que tengamos autorización expresa de Sony y de la publicadora, si esta es otra empresa distinta. Cuando se publicó esta información se hizo pensar que era algo nuevo que Sony había introducido hace poco, pero en realidad es una cláusula que ya lleva tiempo activa, de hecho se remonta al lanzamiento de PS4 en 2013.
No es una cláusula nueva, y se ha malinterpretado de una manera evidente. Con esa cláusula Sony no prohíbe la reventa de juegos de segunda mano, lo que quiere hacer es frenar la reventa de juegos nuevos comprados para ser vendidos luego más caros. En su momento la polémica que surgió por este tema alrededor de los juegos de PS4 fue resuelta por el propio Shuhei Yoshida, quien por entonces era el presidente de SIE Worldwide Studios.
Yoshida dijo que no teníamos nada de lo que preocuparnos, y que podríamos vender en el mercado de segunda mano nuestros juegos de PS4, y que también podríamos compartirlos. Recuerdo que en el debut de aquella generación de consolas hubo también cierta polémica por parte de Microsoft con Xbox One, porque la compañía quería controlar el uso de los juegos y establecer un requisito de tener la consola siempre conectada a Internet.
Para muchos jugadores vender sus juegos de segunda mano, y comprar otros también de segunda mano, es una manera de poder acceder a más juegos por menos dinero, así que matar ese mercado no tendría ningún sentido ni haría ningún bien.