Alan Wake 2 es un juego tan exigente que incluso PS5 tiene problemas para moverlo con fluidez, lo que obligó a Remedy a reducir la resolución por debajo de 900p y a utilizar un equivalente al modo de calidad baja en PC para que funcione a 60 FPS de media en modo rendimiento con dicha consola.
En PC también es muy exigente, y no es nada fácil moverlo a 60 FPS incluso con tarjetas gráficas de gama media. NJ Tech ha querido poner a prueba el juego con algunas tarjetas gráficas que se pueden considerar ahora como de gama baja, y también ha introducido un modelo que fue muy popular en su momento por su ajustado valor precio-rendimiento, la GeForce GTX 1660 Super.
La GeForce GTX 1650 Super y la Radeon RX 6500 XT soportan shaders mallados, al igual que la GeForce GTX 1650, pero las generaciones anteriores carecen de ese soporte, así que esto afecta negativamente a su rendimiento en este juego.
Con una Radeon RX 6500 XT en 1080p, FSR 2 en modo equilibrado y calidad baja el juego se mueve a una media de 44 FPS en la zona inicial del bosque, que es de las más exigentes. La GeForce GTX 1660 Super consigue con la misma configuración una media de 41 FPS en la misma zona. La GTX 1650 GDDR6 queda en 28 FPS con esa configuración y FSR 2 en modo equilibrado.
La GeForce GTX 1060 de 6 GB solo llega a 16 FPS de media utilizando la misma configuración que el resto de tarjetas gráficas, y el FSR 2 en modo ultra rendimiento solo eleva a 17 FPS la media. Por último está la GeForce GTX 1050, que alcanza los 11 FPS de media con FSR 2 en modo rendimiento.