Los requisitos de Remnant II nos hicieron pensar que no iba a ser un juego muy exigente, pero las pruebas de rendimiento que se han publicado indican todo lo contrario. Es un juego muy exigente, y necesita de una tarjeta gráfica muy potente para funcionar con una fluidez total con calidad máxima.
Sus desarrolladores, Gunfire Games, no iban de farol cuando dijeron que iba a ser necesario el reescalado para poder jugar bien a Remnant II, pero es que el juego no está bien optimizado. Con un Ryzen 9 7950X3D, y desactivando el segundo chiplet, lo que deja 8 núcleos y 16 hilos activos, no hay mejora de rendimiento al pasar de cuatro núcleos y cuatro hilos a cuatro núcleos y ocho hilos, y la última mejora apreciable se produce al subir a 6 núcleos y 6 hilos.
Parece que el juego no tiene problemas de stuttering gracias a la utilización del Unreal Engine 5 y de Nanite para la geometría, pero no está bien optimizado por que tiene problemas de rendimiento incluso en equipos de gama alta, y necesita del reescalado para mejorar la fluidez incluso en 1080p con calidad máxima.
En 1080p con calidad ultra una Radeon RX Vega 64 consigue 34 FPS de media y una GeForce RTX 2080 Ti apenas llega a los 54 FPS. La GeForce RTX 3080 consigue 64 FPS y la GeForce RTX 4090 llega a los 115 FPS. La más potente es la Radeon RX 7900 XTX, que alcanza los 124 FPS.
Con resolución 4K la GeForce RTX 4090 consigue 40 FPS de media en calidad ultra y 63 FPS en calidad baja. Utilizar el DLSS y la generación de fotogramas, o el FSR o Intel XeSS puede mejorar mucho el rendimiento, pero el desarrollo de un juego y su optimización no debería depender de estas tecnologías.

